Saint Seiya Yaoi Fics RPG Last Sanctuary
Last Sanctuary Yaoi

Los Secretos de tu corazón (Hyoga x Shun), Fanfic dedicado a Saphi en el 2008

« Older   Newer »
  Share  
view post Posted on 21/1/2015, 00:58     +1   -1

Usuario Extranjero

Group:
Caballero dorado
Posts:
60
Favor de Athena:
0

Status:


Ficha pendiente





“Los secretos de tu corazón”
Basado en Saint Seiya de Masami Kurumada
Hyoga x Shun
By Itzukiai




Dedicado a Saphi, por ser una persona muy, muy especial, llena de luz y de ternura que contagia todo lo hay a su alrededor, Gracias por tu amistad, gracias por tu cariño y sabes que me costo un poco, no escribo mucho pero tu eres muy especial, tenia que hacerlo, te quiero!!!!!! FELIZ CUMPLE SAPHI!!!!!




La brisa mece la cortina de la habitación una vez más... La blanca tela ondea volviendo sobre mi rostro el fragante aroma de los setos de lavandas. Aquí estoy yo, Cygnus Hyoga, desnudo, sobre la cama doble de la mansión con mi cabeza apoyada en la blanda almohada de plumas mientras te miro descansar, embelesado con tus formas.

Apenas sabes que estoy a tu lado, tan solo duermes tranquilamente perdido en tus propios pensamientos. Estas boca abajo, con la cabeza hundida en la otra almohada, con tu cuerpo al desnudo también que se estremece con el viento como el mío... Tus ojos cerrados apretados en un sueño mientras recuperas las fuerzas que has perdido hace poco tiempo atrás tras un ardiente encuentro apasionado...

¿Alguna vez me abrirás tu alma? ¿Alguna vez sabré lo que oculta tu corazón? Miles de preguntas atormentan mi alma y se que no hay respuestas que satisfagan mi dolor... Sé que me escondes algo y no sé que es…
Tu boca se abre como una cereza madura, roja, brillante, apetitosa dejando entrever los dientes blancos y perfectos que rellenan tu sonrisa, esa que has perdido tras lo sucedido, porque la ocultas culpándote de lo que pasó cuando sabes que no tienes nada de culpa… Supongo que todos ven a un ser lleno de inseguridades que es capaz de llorar hasta que le ardan los ojos, pero yo veo al hombre que no teme decir que le duele el corazón porque no es feliz y eso es lo que vi en aquella calida noche de verano.

El recuerdo viene a mi mente tan claro como el agua... Con mi bolso al hombro venía de un partido de socker, me gustaba relajarme con un juego intenso. Me divertía jugar hasta que los huesos me crujían, era una forma de evadirme de todo, era tan condenadamente agotante que me ahorraba el ejercicio de una semana… y por eso lo hacia, como una costumbre, algo a lo que me obligaba para no perder la elasticidad de los músculos.

Como sea, caminaba hacia la mansión cuando pasé por la ventana de tu cuarto. Volteé la mirada hacia allí sin saber porque, cuando una silueta conocida se dibujo en la noche. El agotamiento se notaba en mi piel y de todas formas algo me llevo dentro, como movido por hilos invisibles que me llevaron hasta aquel lugar donde me esperaba mi destino.

Entonces tu cuerpo se formó en la oscuridad, una clara figura iluminada por la luna que me helo el alma. Estabas pasado delante del barandal, con la mirada extraviada en la noche, peligrosamente afuera de los barrales ¿Acaso?...

No dejé que mi mente pensara más de lo debido. Arrojé el bolso y ordené a mis cansadas piernas que corrieran lo más fuerte que podían. Me temblaba todo, ni siquiera supe como trepé los escalones hacia aquella terraza... solo lo hice. Hasta que me tembló el alma.

Abrí la puerta casi de un golpe... Ahí estabas, con la cara pálida vuelta hacia el vacío, apenas sosteniéndote con la yema de los dedos de la baranda. El fuerte viento mecía salvajemente tu cabello... Tuve miedo... Mi corazón palpitaba con violencia... ¿Cómo hacerte entender? ¿Cómo evitar que cometieras una locura?
Llegué a tu lado con el mayor de los silencios, no podía hacer algún ruido que te empujara a saltar. Entonces me acerque casi hasta quedar a medio metro tuyo.

Te escuche sollozar... Me partió el alma ¿Qué te había sucedido para dejarte en ese estado? ¿Acaso los recuerdos son tan dolorosos que no te dejan vivir?
Sin poner en evidencia mis intenciones, sostuve tu mano apretándote la muñeca.
La sorpresa te hizo voltear. Te volviste a mí con actitud perturbada. Tu piel se veía aun mas pálida que de costumbre... Los cristalinos ojos verdes acusaban recibo de las lágrimas que se habían acumulado en ellos. Tus labios temblaron antes de hablarme


—“¿Qué… que quieres?”— Tu voz sonó triste, casi no se oía.

— “Que te metas dentro de la terraza” — Dije sin detenerme a pensar nada mas

— “¡No quiero, déjame en paz”! – Me gritaste intentando safarte. Pero no, no te dejare, no seré cómplice de la locura que quieres cometer

— “No... no voy a soltarte hasta que entres” — Intenté hacerte reaccionar una vez más, pero de nada servia, no me escuchabas. Sentí como tu cuerpo intentaba liberarse, tus manos querían soltarse de mi violento apretón pero no iba a permitirlo, no iba a dejar que hicieras esta necedad…

—“Déjame Hyoga... Mi vida no vale nada...” — Tu voz se perdió en lagrimas –“Déjame... por favor”... — Nuevamente temblé ¿Tan desesperado estabas para querer cometer semejante cosa?

—“No sé que demonios pasa contigo... pero créeme que esta no es una solución... Al contrario, es una salida cobarde y no creo que tu seas un cobarde Shun” – Mis palabras salían de mi boca casi sin saber como, no podía pensar claramente y en mi mente solo estaba el no soltar esa mano que era la única ancla que te detenía al piso.

—“¡Tu no sabes!...”

— “No, no sé, y tu no me dejas saber tampoco, te encierras tan dentro tuyo que nadie sabe que es lo que pasa por tu alma” — Te recriminé con la furia que me da saber que no estoy avanzando... –“Vamos Shun, reacciona... entra de una vez”

—“.............”

— “Por favor, no me hagas cómplice de tu suicidio, no estoy dispuesto a tolerarlo”


Mis palabras parecieron calmarte. El tironeo cesó, pero en ese momento cuando sentí que la angustia había finalizado, te resbalaste y quedaste colgado, sosteniéndote con fuerza por mi mano. Entonces se agregó un condimento más a tus ojos. Sentí tu miedo... cuando estabas a punto de saltar la angustia era mas grande que la razón, pero ahora que te habías calmado tomabas conciencia de tus actos.

Tu mano se aferró a mi muñeca con una fuerza increíble, como si te uniera a la vida ese solo espacio vital. Entonces tiré, con fuerza, la suficiente para levantarte de forma que pudieras asirte de los barrotes una vez más... Fue un esfuerzo sobrehumano, no sé de donde cuernos saqué las energías, sé que no soy débil, tu eres liviano, pero en aire, parece que estuvieras hecho de plomo... la fuerza me aferra a la vida, la necesidad de protegerte también...

Tus pies se balancean hacia adentro y con un tirón seco caemos los dos en el suelo frío de la terraza, jadeando el agotamiento. Siento la piel mojada, fría, refrigerándose aun más con la brisa de la noche... Mi propio pecho sube y baja a una velocidad envidiable... Ni en una lucha me agito tanto... Sentí la adrenalina al tope hasta que te vi del lado correcto de la terraza

¿¿¿QUÉ DEMONIOS ESTABAS PENSANDO???

Cuando mi cerebro reacciona, volteé la cabeza buscándote. Estas completamente azorado, tienes la mirada mas vacía que he visto en mi vida y aun así, estas llorado… Me reprendo por ser tan estúpido de no haberme dado cuenta antes que necesitabas hablar, que tu corazón se encuentra lo suficientemente agobiado para necesitar descargarse.

—“Hyoga… yo…”

Apenas tienes fuerzas de balbucear nada, mucho menos de pararte, me arrastro como puedo conteniendo en un abrazo tu cuerpo que tiembla como el de una hoja sacudida pro el viento. Te afirmo más, colocándote contra mi pecho ensordeciéndote con los latidos de mi corazón, mientras mis manos se deslizan por tu espalda dándote unos suaves golpes que intentan serenar la conmoción que lucha por salir de tu cabeza.

—“¿Que pasa?, dime… confía en mi, dime que es lo que pasa por tu cabeza”… —Te digo tratando de comprender que es lo que te ha llevado a tamaña locura

—“Yo no quería”… —Me dices entre lagrimas, tus mejillas están tan rojas e irritadas que es imposible pensar que no ha llorado —Yo no quería que Seiya….

Apenas balbuceas aquello entonces que entiendo perfectamente que es lo que pasa, comprendo porque te sientes así de angustiado… pero también entiendo que no tienes la culpa, nunca la tuviste. Acaricio tus cabellos, paso mis dedos por aquellas hebras rebeldes mientras intento pensar en las palabras correctas para consolarte.

—“Ese no eras tu Shun, ese no podías ser tu” —Susurro cerca de tu oído acariciándolo con dulzura —“Deja de torturarte con cosas que no tienen sentido ahora… tu no tienes la culpa”…

—“Pero no debí… no pude controlarle y Seiya”…

Tus palabras se van debilitando conforme las lagrimas arrebatan nuevamente tu rostro… ¡mierda!, por primera vez no sé que decir o que hacer para calmarte. Presioné mis labios sobre tu frente, te besé tiernamente. Ciertamente había algo mas en mi beso que simplemente calmarte. Siempre había sentido cierto cariño especial por tí, pero nunca he sabido como demostrártelo. Solo me ocupe de convertirme en tu compañero, nunca me cuestioné que no tendría tiempo para decirte más… pero cuando te vi colgando de la ventana, el corazón se me paralizó y aun estoy completamente shockeado por tu audacia… No puedo permitirlo.

Tomo tu rostro con mis manos, con las dos, poniéndote por delante a la altura de mis ojos, quiero que fijes tu mirada en mi, quiero me entiendas cada palabra que tengo que decirte… el corazón me late como loco, los labios me tiemblan y de todas formas consigo tu atención por dos segundos…

—“Shun… lo que ibas a hacer… es una salida tonta… siempre pensé que tu eras una persona valiente, que ha derribado todas las barreras que el destino le ha interpuesto, pero no… no puedo creer que pienses en la muerte como una solución, nunca lo ha sido” — Me tomas las manos con suavidad, siquiera con ganas de quitarlas, solo lo sentí como una suave caricia que acaricio mas que mi mano y mi corazón, tomé fuerzas de nuevo, como pude y seguí… —“Prométeme, prométeme que nunca volverás a intentar semejante tontería… Shun por favor, hazlo por mi”…

—“Pero”… —Su voz sonaba un poco mas armada pero tan dubitativa como antes

—“Yo te necesito Shun…. No vuelvas a hacerlo”…

Aquello pareció calmar tu ansiedad ya que de inmediato cambiaste de actitud dejándome vislumbrar una tibia sonrisa que supe interpretar… quizás era lo que necesitabas escuchar… que eras importante para alguien en el mundo, para mi… que lo eres todo.

Y aquí estoy ahora, tendido en la cama con tu aroma en mi piel, observando como duermes mientras me pregunto si alguna vez intentaras hacer algo así de nuevo. Llevamos ya un tiempo juntos, un tiempo delicioso de secretos y juegos, Hemos descubierto el amor entre otras cosas, cruzando la pequeña línea que separa esta relación de los demás, esa forma intima que tenemos de ser uno solo, de compartir un corazón…

Aquello paso una noche y no hemos vuelto a hablar de ello. Levanto mi mano y la dejo pasar libremente por el hueco que forma tu columna vertebral. La piel se te enchina y luego se distiende al calor parejo de mi mano… Tengo una mano contra la almohada y mi cabeza apoyada en ella. Es tan satisfactorio verte descansar…

Me estiro un poco y beso tu hombro, tu piel es suave y tibia, pero esta acción hace que te remuevas un poco, creo que te he despertado… Estoy a punto de preguntarte si aun crees que la vida es vacía, si aun tengo que detener algún loco intento mas o tan solo fue el producto de meses de desesperación, quisiera que siguieras confiando en mi y que antes de hacer algo drástico me digas.

Siento que mis ojos se llenan de lagrimas, el solo pensar una vida sin ti ahora se me hace insoportable… se que somos caballeros, se que nuestro destino es proteger a athena pero ¿como puedo dejar que te pase algo si vivir sin ti seria condenarme al olvido? Siento una punzada en el corazón… el solo pensarlo me provoca este oscuro malestar… Entonces te remueves un poco y entre sueños me llamas…

—Hyoga….

—Uh… lo siento, ¿Te desperté? —Trato de sonar normal y hasta intento que no veas mi rostro, pero solo te aferras a mi mano y la besas…

—Te quiero…

No me dices nada, solo te giras y vuelves a cerrar los ojos, te ves tan tierno que apenas reconozco en ti esa personita apasionada que se entrega cuando hacemos el amor. Te sonrío un poco y te beso los labios, acomodándome en la cama para yacer a tu lado, sin mover la mano a la cual te afirmas como si fuera un oso de peluche. Alcanzo a pasar mi mano libre por tu cintura, entrelazando mis piernas con las tuyas. Una vez mas debo dejar las preguntas para después… ya me daras las respuestas que necesito. Te abrazo un poco y ya adormilado como tu murmuro mi ultima frase antes de dormir

—Yo también te quiero conejito…


OWARI

14 de Enero del 2008
 
Top
Jazmin Vera
view post Posted on 28/8/2016, 02:10     +1   -1




 
Top
1 replies since 21/1/2015, 00:58   969 views
  Share