cucha |
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| Nueva escena
Había tardado poco en retomar su antigua rutina, despertar antes de la salida del sol, un desayuno ligero, entrenar a solas en el patio trasero y un segundo desayuno para soportar el trabajo del resto del día. Memorandums, presupuestos, revisar inventarios, supervisar entrenamientos, ese trabajo burocrático con el cual los engranajes del santuario no se moverían silenciosos y eficientes. Y como antaño, poco antes de ir a comer Shion dejaba su estilográfica sobre la mesa, cerraba las carpetas, y se levantaba de la mesa para abandonar el despacho para tomarse una taza de té en la salita adyacente, un viejo ritual con el cual daba por terminado el papeleo oficial, y un momento en el cual podía ser abordado por cualquier caballero, siempre y cuando el papeleo no le hubiese dejado cargado.
Al ser para su disfrute y relax, la salita estaba decorada al estilo de Jamir, banquetas labradas de madera oscura, mesas bajas y cojines bordados con vivos colores. Claro que quien quisiese visitarlo en ese momento, tendría que pasar por la experiencia del té salado con mantequilla y leche de yack.
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